La protagonista de esta historia es una verdadera “career women”. Es el nombre que reciben en inglés las mujeres que tienen metas muy altas en el plano laboral. Ella (prefiere no revelar su identidad) se recibió de licenciada en Economía a los 25 años, viajó a EE.UU a perfeccionarse, luego consiguió un puesto importante en una empresa y ahora, a los 34, piensa hacer un doctorado. Está de novia. Pero todavía no hay chance de pensar en casamiento y menos aún en la maternidad.
Pero hay algo que sí le preocupa a “ella”: ¿qué pasará cuando decida cumplir otro de los sueños que siempre tuvo, ser madre? Es consciente de que sus años fértiles van pasando. Por eso, en estos días ha estado averiguando si le conviene congelar sus óvulos. “Me angustia un poco pensar en que no está muy lejos el final de mi reloj biológico. Lo que sí, son técnicas demasiado costosas, así que lo estoy evaluando”, confiesa. Se enteró de esta técnica, que en términos médicos se llama “vitrificación”, al leer en una revista que dos grandes empresas estadounidenses (Apple y Facebook) les ofrecen a sus empleadas financiarles el ciclo de estimulación ovárica para la toma de muestras. Este procedimiento se puede hacer en Tucumán desembolsando entre $ 50.000 y $ 70.000. A esto se le debe sumar unos U$S 300 al año por almacenar los óvulos en tanques de nitrógeno.
“A mí me parece que es algo fantástico para cualquier ejecutiva que quiere competir de igual a igual con un hombre y que no tiene por qué sentir el llamado de la naturaleza a los 28, 32 o 35 años”, comenta. “En mi caso, me gustaría que la maternidad llegara cuando esté más madura y haya alcanzado todas mis metas profesionales”, añade.
Retrasar la edad del primer embarazo es una tendencia que crece. Algunas lo hacen por cuestiones laborales. Otras, porque a los 30 y pico siguen sin tener una pareja estable. Es el caso de la actriz Eugenia Tobal (39), que esta semana sorprendió a todos al contar que congeló sus óvulos. “Yo creo que nací para ser mamá. Hay algo que está ahí, que está latente. Ahora se potencia porque llega una edad en la que te corre el reloj. Me parece que es un método seguro y una tranquilidad”, expresó a los medios.
El procedimiento
La vitrificación es una técnica de congelamiento ultrarrápido de óvulos, que se utiliza para preservar el potencial reproductivo. En nuestra provincia es algo que se realiza desde 2011, según explica el médico embriólogo José Ojeda.
“Antes también se congelaban óvulos, pero con la vitrificación hubo grandes avances porque se logró que cuando se descongelen los óvulos tengan una sobrevida de más del 95%”, señala.
Así es el procedimiento: el médico realiza una estimulación del ovario para que haya una superovulación. Luego, se hace una punción y aspiración del ovario para recuperar los óvulos. En el laboratorio, el embriólogo realiza la vitrificación mediante cultivos especiales y una técnica específica. Finalmente, se guardan las muestras en un tanque de nitrógeno, a 196 grados bajo cero.
“Cuando la mujer decide que es el momento de ser madre, cinco, 10 o 15 años después, se descongelan esos óvulos y se inicia el proceso de fertilización asistida y finalmente se transfieren los embriones (en general, son dos) al útero de la mamá”, especificó.
Según detalló Ojeda, en nuestra provincia ya hay tres bebés nacidos de ovocitos vitrificados. “Hay dos casos típicos de mujeres que optan por esta técnica para ser madres. Se emplea cuando una mujer con cáncer debe ser sometida a tratamientos como rayos o quimioterapia, que pueden afectar su fertilidad. Por otro lado, están aquellas que simplemente postergan su maternidad por distintas razones (perfeccionamiento profesional, por ejemplo). Notamos que esta última consulta aumenta día a día, en nuestro medio”, resaltó el médico. “El problema es que a menudo llegan tarde, a los 38 años, cuando ya casi no tienen reserva ovárica”, dice. Lo que sucede es que una mujer, al cumplir las tres décadas, no piensa que tendrá problemas para tener hijos.
Según el especialista, falta información. Por eso, hizo esta recomendación: “a los 35 años, el ovario comienza un camino de descenso violento e inexorable. El mensaje para las mujeres debería ser claro: si a los 30 años no tenés tu vida reproductiva resuelta hacé una consulta al ginecólogo para que te oriente. Así evitarás muchas angustias”.
Una técnica confiable
- Con la vitrificación, los óvulos tienen una sobrevida del 95%.
- No hay fecha de vencimiento para usar los ovocitos.
- El factor edad es fundamental: lo mejor es antes de los 35.
- Cuando se descongelan, hay que hacer fertilización in vitro.